La Quimera

En las profundidades del bosque, escondida entre la infinidad de la oscuridad vive una Quimera, tan extraña como fantástica. Más cerca de lo que nosotros creemos habita una Quimera, una Quimera que representa nuestros más grandes deseos. Sueños imposibles se ven reflejados en ella.

Muchos dicen que esa clase de criatura no existe, pero en verdad quienes la hemos ido a buscar sabemos que ella está allí, incluso cuando la cálida luz del sol ilumina los árboles hasta la raíz, alejando al máximo toda oscuridad posible, ella está ahí. Escondida, no dejándose ver, con curiosidad por quien la encuentre. Esto la hace un ser aún más raro, aunque sean tiempos de mucha claridad y el sol brille en todos lados ella se hace presente.

Quien se atreverá a encontrarla? No se que pasará con quien lo haga, solo se que es un animal peligroso, capaz de matarte antes de que te des cuenta, muy feroz si te encuentra ella antes a ti; Claro, no creo que un animal así te busque, pero si lo hace mejor huir... es un riesgo salir a su encuentro, buscar a esta Quimera es tomar un enorme riesgo, pero lo vale, La quimera en sí, la naturaleza del animal, tiene más valor que cualquier riesgo a correr.

Te puede arrebatar toda tu dicha, pero encontrarla te puede dar una dicha aún más grande...    

Ella se alimenta de sueños rotos, ella se alimenta del miedo pero eso no es un impedimento para mí, sé que ella vive en este bosque, sé que ella se pasea todos los días entre los árboles como si nada mientras nosotros dudamos de su existencia. Yo la he ido a buscar y recomiendo para el que lo quiera hacer que no vaya armado, que guarde su flechas, que no vaya con el objetivo de cazarla.

Una persona puede pasar toda su vida buscándola y no encontrarla, el que no la busca simplemente no tiene chances de encontrarla y el que la busca encuentra otras cosas en el camino. Ahora... Hay una Quimera oculta en el bosque, Quien se atreverá a encontrarla?

La otra noche, regresé de buscarla, mi búsqueda no dio frutos pero cuando estaba acostado en mi cama mirando el techo, cerré los ojos y pude sentir la risa de un duendecillo desde mi ventana, creo que de mi se reía, cuando me asomé rápidamente logré ver al pequeño chistoso trepar por la pared exterior rumbo a al techo y sobre él (el techo) la sombra de aquel duende corría y saltaba justo por encima de mi cabeza proyectándose en el pasto a la luz de la luna. Ni idea que haya sido eso, pero me dejó intrigado.