UNA HISTORIA SOBRE ESPIRITISMO

Historias reales del Más Allá

Hola. Mi historia trata sobre espiritismo. (Me imagino que será lo más habitual).

El caso es que en el verano de 1996 fui al pueblo donde suelo veranear como cualquier otro año. Un día (martes) decidimos hacer espiritismo para poder comunicarnos con familiares que habían fallecido. Para ello dibujamos en un papel la tabla o-uija.

La hicimos unas tres veces, según creo recordar (en distintos papeles que posteriormente desechamos).

Al principio pensaba que la moneda la movían mis amigos. Para hacer la prueba, les pedí que me dejaran poner el dedo a mí sólo.
Lo hice, y la moneda se me movía solamente poniendo mi dedo. Fue entonces cuando me empezó a entrar miedo (ya que hasta entonces me lo estaba tomando como un juego).

Dijimos que nos diera una señal a quien estuviera allí. De inmediato se movió hacia dentro y hacia fuera la puerta de la despensa, sin embargo, no había corriente, ya que estaba todo cerrado. Todos los que estábamos allí reunidos lo vimos, no sólo yo, así que ya no fue mi imaginación.

Ya estábamos todos muy intranquilos, así que le preguntamos uno por uno a ver si nos dejada marchar. Sólo les dejo marchar a los más pequeños, que aún no habían hecho la primera comunión. El resto, nos quedamos un poco más. Ni aún pidiéndoselo por favor nos dejaba marchar, pero nos deshicimos del papel y de la moneda (como las veces anteriores) y salimos a la calle. (Cabe destacar, que las dos veces anteriores, se realizó en otra casa).

Por la tarde me despedí de unos primos míos que se fueron del pueblo. A la noche, fuimos a dormir. Yo lo hice con mi abuela (sabía lo que había estado haciendo) y con una cruz (que encontré por la casa) colgada al cuello.

Esa noche dormí muy mal. Tenía mucho calor, oía pasos, temblaba y sudaba. A pesar de abrir los ojos, seguía oyendo pasos y el calor no cesaba.

Al final no puede más y le dije a mi abuela que me hiciera una manzanilla. Se levantó de la cama para hacérmela y, en cuanto dio la luz de la habitación, todos los síntomas que tenía, desaparecieron. La dije que no me hiciera nada que ya se me había pasado.

El resto de la noche, la pasé con miedo, pero no se volvió a repetir nada de lo mencionado.

A la mañana siguiente, comenté lo que me había pasado con mis amigos y primos.

Saqué conclusiones y parece ser que sólo nos pasó, a los que dormimos en las casas donde se había echo espiritismo, ya que mis primos no sintieron nada y las otras personas creo recordar que tampoco (igual no les pregunté).

Posteriormente (pasado el verano), recuerdo que hacía lo mismo que aquél día, y seguía moviéndose la moneda (ya no lo hacía en el pueblo).

Lo dejé pasar y probé pasado unos meses, ya no se movía la moneda. Esta fue la última vez que lo probé.
Esto ha sido todo. Me ha encantado poder contarles mi historia.