Conectarse
¿Qué y Cómo son las Sociedades Secretas?
Drarknillion :: Foro Principal :: Cuartos :: Misterios y enigmas :: Sociedades y religiones secretas
Página 1 de 1.
¿Qué y Cómo son las Sociedades Secretas?
¿QUÉ Y CÓMO SON LAS SOCIEDADES SECRETAS?
Sociedades Secretas
El secreto es parte de la esencia tanto del individuo como de las sociedades humanas, como mamíferos que somos tendemos a vivir en rebaño, pero la adquisición de la conciencia de ser todos nosotros únicos e irrepetibles, nos empuja a conquistar y defender un espacio de intimidad, un espacio íntimo en el que siempre ocultamos algo, igual que el resto nos lo oculta a nosotros.
Ya desde la más tierna infancia vamos percibiendo que vivimos en un mundo propio, que ocultamos y nos ocultan partes del cuerpo, ocultamos algunos de nuestros actos y también nos damos cuenta que de nuestros sentimientos son diferentes a los de nuestros progenitores, que existen aspectos de la vida de éstos que no conocemos, que permanecen también ocultos a nuestros ojos.
Es el equilibrio entre nuestra privacidad y nuestra vida social, lo oculto y lo público, el que irá determinando nuestra propia personalidad. Aquello que ocultamos, lo que revelamos y el respeto que mantengamos con los secretos del prójimo más próximo, marcará indeleblemente nuestro acomodo en el rebaño.
Y si ciertamente esto es así en el individuo, ocurre otro tanto en el seno de la familia, se ocultan hechos para que no trasciendan al resto de la comunidad, adquiriendo el secreto un grado superior en nuestra escala social, ya no es solamente un secreto unipersonal e íntimo, sino un secreto compartido del que emana una fuerza aglutinadora que une a los miembros del clan con lazos de intimidad compartida, otorgándoles un sentido de pertenencia.
Esta práctica defensiva e identidaria del secreto nos confiere a través del proceso de formación de nuestra personalidad seguridad y equilibrio emocional, es en definitiva un beneficio para nosotros tanto como persona individual como colectivo familiar.
Con el tiempo vamos descubriendo que otras familias ejercen ese mismo secreto, que la convivencia social se basa en gran medida en ese equilibrio entre el derecho a lo privado y la obligación con lo público, entre lo oculto e íntimo contrapuesto a lo manifiesto y evidente. En nuestra aprendizaje nuestro profesores paulatinamente van compartiendo con nosotros parte de su conocimiento manteniendo oculta otra parte del mismo, en nuestro devenir profesional la empresa donde trabajamos nos va desvelando sus secretos en la medida que vamos ascendiendo en el escalafón, otro tanto ocurre en el sindicato, partido político, religión o cualquier otra asociación humana en la que participemos. Pronto somos conscientes que nuestro poder se basa en la información que tengamos del otro y en la cantidad de secreto que atesoremos. Somos, como dice el popular aforismo, dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras.
Y es en este proceso donde se van despertando esa curiosa fascinación que todos tenemos en distinta media por las sociedades secretas.
Desconocemos, precisamente por su carácter secreto, dónde y cuándo surgieron las primeras sociedades secretas, aunque es fácil deducir que han acompañado siempre al hombre en su evolución social. Las sociedades secretas son parte esencial de la vida tribal. A lo largo de la historia en muchas partes del mundo han sido las sociedades secretas el medio de educar a los jóvenes en los valores y deberes ancestrales que exige la vida de adulto. Este deber colectivo relativo al secreto tribal ha sido tan necesario para mantener la identidad del clan como el secreto personal lo es para la identidad del individuo.
En el mundo profano, ajeno a esta realidad, suele tender a confundirse las sociedades secretas con las denostadas sectas, mezclando conceptos de unas y otras, cuando en realidad son asociaciones diferentes y las más de las veces, totalmente opuestas.
Las sectas tiene características propias que las definen entre las que no se encuentra el mito o leyenda en que casi siempre se apoya el secreto, que como veremos más adelante es una de las características más definitorias de las sociedades secretas.
Por el contrario, la sectas se consolidan y mantiene a los largo de su existencia en torno a la sumisión de los adeptos hacia su líder, en general un falso iluminado que dicta los dogmas en torno a los cuales se desarrolla al vida de la secta, son dogmas de fe, verdades regaladas que deben asumirse como identidad comunitaria, no ejerciendo sus miembros el derecho de crítica al líder, donde las normas dictadas por él prevalecen sobre cualquier criterio individual, son acatadas por todos los individuos de la secta bajo pena de ser expulsados y anatematizados.
Otra de las características definitorias de las sectas que las alejan de las sociedades secretas es su declarado afán de crecimiento a través del proselitismo al que están sujetos todos sus miembros, anteponen normalmente lo cuantitativo a lo cuantitativo, todo los contrario a las sociedades secretas donde se prima más la identidad intelectual, incluso el elitismo en detrimento de la cantidad.
Las sectas mantienen mayores similitudes por sus características, más o menos acentuadas, con los partidos políticos y las distintas religiones, siendo a veces muy difícil marcar los límites que separan a las distintas sectas de estas organizaciones políticas o religiosas y sea esta similitud, quizás, la posible causa de los típicos sectarismos endogámicos que desgraciadamente tanto abundan en este tipo de organizaciones.
Las sociedades secretas que se conocen, y son cientos a lo largo de la historia, tienen un tronco de peculiaridades similares entre sí y muy diferentes a las de las sectas e incluso, estas peculiaridades no son idénticas en todas las sociedades secretas debido entre otras cosas a que sus fines tampoco son los mismos. La más común de sus característica es el “secreto” que las define a todas ellas, pero este secreto varias en función de varios parámetros, la finalidad de la sociedad, la discreción necesaria para su supervivencia, el número de sus miembros o su influencia social. Es un abanico de grados tan amplio que sería imposible clasificarlo en grados, ya que en cada sociedad secreta el nivel de ocultamiento varia de una a otra e incluso varia dentro de la misma sociedad secreta de un país a otro dependiendo de la aceptación o rechazo social e incluso de las finalidades que también pueden variar en cada lugar y en cada momento histórico dentro de la misma sociedad secreta, este es el caso de la francmasonería donde no mantienen el mismo comportamiento en España, en Irán o en los Estados Unidos.
Este secreto que las define no es común a todas ellas y va desde el secreto absoluto que es castigado su quebrantamiento con la muerte, caso de los Carbonarios; hasta la simple discreción de la identidad de sus miembros, caso por ejemplo de una sociedad pública y bien conocida como son los Alcohólicos Anónimos donde sólo se mantiene una discreción conveniente en sentido terapéutico de la identidad de sus miembros.
Así mismo, entre la particularidades que distinguen a las sociedades secretas destaca en la mayoría de ellas el juramento exigido a todos sus miembros, la iniciación esotérica que marca en punto de inflexión de profano a miembro del grupo, el ritual que se desarrolla en todas sus reuniones, el lenguaje simbólico sólo reconocido por los miembros de la sociedad y que puede ser expresa de muy diferentes formas, tanto verbales como gestuales o estéticas, utilizado en muchas ocasiones como medio para reconocerse fuera del ámbito de las reuniones, en el mundo profano, la prueba previa a la iniciación en la que participaran un número indeterminado de miembros y que será la base para discernir la aceptación o rechazo del profano, la muerte alegórica parte del ritual de iniciación o de posteriores ritos de exaltación, las leyendas donde extraen la razón de su existencia y la filosofía que les orienta, la separación entre hombres y mujeres aunque a lo largo de la historia estas asociaciones han sido casi exclusivamente masculinas.
Casi todas estas características se repiten con diferentes matices en casi todas las sociedades secretas, dándole una mayor importancia a algunas de ellas en función de las finalidades propias de cada una de las sociedades.
En lo que difieren sustancialmente estas sociedades secretas es en los fines que persiguen. La sociedad profana en general siempre ha tenido junto con esa curiosa fascinación hacia las sociedades secretas un marcado recelo, se supone que el mero hecho de esconder su pertenencia o la propia ocultación de la existencia de la sociedad es ya lo suficientemente demostrativo de la maldad de sus fines, pero eso no es así, hay sociedades esotéricas con infinidad de motivaciones, pueden ser sociedades secretas nacidas para el crimen como la Mafia o la Garduña, otras lo han sido de tipo político o revolucionario como la Carbonería, racistas o xenófobas como el Ku Klux Klan, patrióticas como La Orden de Orange, religioso militares como los Templarios o los Assessinos, exclusivamente religiosas como los Sufís, filosóficas como Eleusis, profesionales como los Masones operativos de la Edad Media, filantrópico o filosóficas como los Francmasones actuales en sus diferentes obediencias y países. En definitiva una larga lista de finalidades imposible de enumerar.
Muchas de estas sociedades han sido secretas en determinados momentos históricos por la persecución de que eran objeto por los poderes públicos o religiosos, pasando a ser conocidas o incluso a desaparecer cuando se han superado el momento histórico o las causas adversas en las que germinaron, otras han evolucionado a formas diferentes, es el caso, por ejemplo, de la mafia que nació como una sociedad patriótica y terminó siendo una asociación criminal.
Es por tanto imposible el trata de generalizar al conjunto de las sociedades secretas más allá de las vagas peculiaridades que las definen, siendo necesario si queremos saber algo realmente cierto sobre ellas, estudiarlas una a una y no caer el juego fácil de creer que conocida una, todas conocidas.
El secreto.- es una poderosa necesidad del ser humano. Nace y evoluciona junto con él,
adquiere características tan diversas e inesperadas como su mismo poseedor reacciona.
Para un hombre el secreto es a veces una forma de reafirmar su identidad, pero llevado a
niveles extremos llega a ser patología. En las sociedades como en la vida individual del
hombre los secretos desempeñan una importante función.
Veamos pues unos cuantos ejemplos de diferentes sociedades secretas.
Fuente: http://www.jrvarela.net/sociedades.htm
Sociedades Secretas
El secreto es parte de la esencia tanto del individuo como de las sociedades humanas, como mamíferos que somos tendemos a vivir en rebaño, pero la adquisición de la conciencia de ser todos nosotros únicos e irrepetibles, nos empuja a conquistar y defender un espacio de intimidad, un espacio íntimo en el que siempre ocultamos algo, igual que el resto nos lo oculta a nosotros.
Ya desde la más tierna infancia vamos percibiendo que vivimos en un mundo propio, que ocultamos y nos ocultan partes del cuerpo, ocultamos algunos de nuestros actos y también nos damos cuenta que de nuestros sentimientos son diferentes a los de nuestros progenitores, que existen aspectos de la vida de éstos que no conocemos, que permanecen también ocultos a nuestros ojos.
Es el equilibrio entre nuestra privacidad y nuestra vida social, lo oculto y lo público, el que irá determinando nuestra propia personalidad. Aquello que ocultamos, lo que revelamos y el respeto que mantengamos con los secretos del prójimo más próximo, marcará indeleblemente nuestro acomodo en el rebaño.
Y si ciertamente esto es así en el individuo, ocurre otro tanto en el seno de la familia, se ocultan hechos para que no trasciendan al resto de la comunidad, adquiriendo el secreto un grado superior en nuestra escala social, ya no es solamente un secreto unipersonal e íntimo, sino un secreto compartido del que emana una fuerza aglutinadora que une a los miembros del clan con lazos de intimidad compartida, otorgándoles un sentido de pertenencia.
Esta práctica defensiva e identidaria del secreto nos confiere a través del proceso de formación de nuestra personalidad seguridad y equilibrio emocional, es en definitiva un beneficio para nosotros tanto como persona individual como colectivo familiar.
Con el tiempo vamos descubriendo que otras familias ejercen ese mismo secreto, que la convivencia social se basa en gran medida en ese equilibrio entre el derecho a lo privado y la obligación con lo público, entre lo oculto e íntimo contrapuesto a lo manifiesto y evidente. En nuestra aprendizaje nuestro profesores paulatinamente van compartiendo con nosotros parte de su conocimiento manteniendo oculta otra parte del mismo, en nuestro devenir profesional la empresa donde trabajamos nos va desvelando sus secretos en la medida que vamos ascendiendo en el escalafón, otro tanto ocurre en el sindicato, partido político, religión o cualquier otra asociación humana en la que participemos. Pronto somos conscientes que nuestro poder se basa en la información que tengamos del otro y en la cantidad de secreto que atesoremos. Somos, como dice el popular aforismo, dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras.
Y es en este proceso donde se van despertando esa curiosa fascinación que todos tenemos en distinta media por las sociedades secretas.
Desconocemos, precisamente por su carácter secreto, dónde y cuándo surgieron las primeras sociedades secretas, aunque es fácil deducir que han acompañado siempre al hombre en su evolución social. Las sociedades secretas son parte esencial de la vida tribal. A lo largo de la historia en muchas partes del mundo han sido las sociedades secretas el medio de educar a los jóvenes en los valores y deberes ancestrales que exige la vida de adulto. Este deber colectivo relativo al secreto tribal ha sido tan necesario para mantener la identidad del clan como el secreto personal lo es para la identidad del individuo.
En el mundo profano, ajeno a esta realidad, suele tender a confundirse las sociedades secretas con las denostadas sectas, mezclando conceptos de unas y otras, cuando en realidad son asociaciones diferentes y las más de las veces, totalmente opuestas.
Las sectas tiene características propias que las definen entre las que no se encuentra el mito o leyenda en que casi siempre se apoya el secreto, que como veremos más adelante es una de las características más definitorias de las sociedades secretas.
Por el contrario, la sectas se consolidan y mantiene a los largo de su existencia en torno a la sumisión de los adeptos hacia su líder, en general un falso iluminado que dicta los dogmas en torno a los cuales se desarrolla al vida de la secta, son dogmas de fe, verdades regaladas que deben asumirse como identidad comunitaria, no ejerciendo sus miembros el derecho de crítica al líder, donde las normas dictadas por él prevalecen sobre cualquier criterio individual, son acatadas por todos los individuos de la secta bajo pena de ser expulsados y anatematizados.
Otra de las características definitorias de las sectas que las alejan de las sociedades secretas es su declarado afán de crecimiento a través del proselitismo al que están sujetos todos sus miembros, anteponen normalmente lo cuantitativo a lo cuantitativo, todo los contrario a las sociedades secretas donde se prima más la identidad intelectual, incluso el elitismo en detrimento de la cantidad.
Las sectas mantienen mayores similitudes por sus características, más o menos acentuadas, con los partidos políticos y las distintas religiones, siendo a veces muy difícil marcar los límites que separan a las distintas sectas de estas organizaciones políticas o religiosas y sea esta similitud, quizás, la posible causa de los típicos sectarismos endogámicos que desgraciadamente tanto abundan en este tipo de organizaciones.
Las sociedades secretas que se conocen, y son cientos a lo largo de la historia, tienen un tronco de peculiaridades similares entre sí y muy diferentes a las de las sectas e incluso, estas peculiaridades no son idénticas en todas las sociedades secretas debido entre otras cosas a que sus fines tampoco son los mismos. La más común de sus característica es el “secreto” que las define a todas ellas, pero este secreto varias en función de varios parámetros, la finalidad de la sociedad, la discreción necesaria para su supervivencia, el número de sus miembros o su influencia social. Es un abanico de grados tan amplio que sería imposible clasificarlo en grados, ya que en cada sociedad secreta el nivel de ocultamiento varia de una a otra e incluso varia dentro de la misma sociedad secreta de un país a otro dependiendo de la aceptación o rechazo social e incluso de las finalidades que también pueden variar en cada lugar y en cada momento histórico dentro de la misma sociedad secreta, este es el caso de la francmasonería donde no mantienen el mismo comportamiento en España, en Irán o en los Estados Unidos.
Este secreto que las define no es común a todas ellas y va desde el secreto absoluto que es castigado su quebrantamiento con la muerte, caso de los Carbonarios; hasta la simple discreción de la identidad de sus miembros, caso por ejemplo de una sociedad pública y bien conocida como son los Alcohólicos Anónimos donde sólo se mantiene una discreción conveniente en sentido terapéutico de la identidad de sus miembros.
Así mismo, entre la particularidades que distinguen a las sociedades secretas destaca en la mayoría de ellas el juramento exigido a todos sus miembros, la iniciación esotérica que marca en punto de inflexión de profano a miembro del grupo, el ritual que se desarrolla en todas sus reuniones, el lenguaje simbólico sólo reconocido por los miembros de la sociedad y que puede ser expresa de muy diferentes formas, tanto verbales como gestuales o estéticas, utilizado en muchas ocasiones como medio para reconocerse fuera del ámbito de las reuniones, en el mundo profano, la prueba previa a la iniciación en la que participaran un número indeterminado de miembros y que será la base para discernir la aceptación o rechazo del profano, la muerte alegórica parte del ritual de iniciación o de posteriores ritos de exaltación, las leyendas donde extraen la razón de su existencia y la filosofía que les orienta, la separación entre hombres y mujeres aunque a lo largo de la historia estas asociaciones han sido casi exclusivamente masculinas.
Casi todas estas características se repiten con diferentes matices en casi todas las sociedades secretas, dándole una mayor importancia a algunas de ellas en función de las finalidades propias de cada una de las sociedades.
En lo que difieren sustancialmente estas sociedades secretas es en los fines que persiguen. La sociedad profana en general siempre ha tenido junto con esa curiosa fascinación hacia las sociedades secretas un marcado recelo, se supone que el mero hecho de esconder su pertenencia o la propia ocultación de la existencia de la sociedad es ya lo suficientemente demostrativo de la maldad de sus fines, pero eso no es así, hay sociedades esotéricas con infinidad de motivaciones, pueden ser sociedades secretas nacidas para el crimen como la Mafia o la Garduña, otras lo han sido de tipo político o revolucionario como la Carbonería, racistas o xenófobas como el Ku Klux Klan, patrióticas como La Orden de Orange, religioso militares como los Templarios o los Assessinos, exclusivamente religiosas como los Sufís, filosóficas como Eleusis, profesionales como los Masones operativos de la Edad Media, filantrópico o filosóficas como los Francmasones actuales en sus diferentes obediencias y países. En definitiva una larga lista de finalidades imposible de enumerar.
Muchas de estas sociedades han sido secretas en determinados momentos históricos por la persecución de que eran objeto por los poderes públicos o religiosos, pasando a ser conocidas o incluso a desaparecer cuando se han superado el momento histórico o las causas adversas en las que germinaron, otras han evolucionado a formas diferentes, es el caso, por ejemplo, de la mafia que nació como una sociedad patriótica y terminó siendo una asociación criminal.
Es por tanto imposible el trata de generalizar al conjunto de las sociedades secretas más allá de las vagas peculiaridades que las definen, siendo necesario si queremos saber algo realmente cierto sobre ellas, estudiarlas una a una y no caer el juego fácil de creer que conocida una, todas conocidas.
El secreto.- es una poderosa necesidad del ser humano. Nace y evoluciona junto con él,
adquiere características tan diversas e inesperadas como su mismo poseedor reacciona.
Para un hombre el secreto es a veces una forma de reafirmar su identidad, pero llevado a
niveles extremos llega a ser patología. En las sociedades como en la vida individual del
hombre los secretos desempeñan una importante función.
Veamos pues unos cuantos ejemplos de diferentes sociedades secretas.
Fuente: http://www.jrvarela.net/sociedades.htm
Drarknillion :: Foro Principal :: Cuartos :: Misterios y enigmas :: Sociedades y religiones secretas
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.