¡UNA FOTOGRAFÍA DE DOÑA CARMINA HACE MILAGROS!

por **Mysterio** Miér Abr 27, 2016 2:47 pm

SE VISTIÓ DE RELIGIOSA PARA PAGAR UNA MANDA, PERO…
¡UNA FOTOGRAFÍA DE DOÑA CARMINA HACE MILAGROS!

En Murcia, España, la señora Carmina Ordóñez, de setenta y dos años de edad, cayó muy enferma en cama ya que le dio principios de neumonía.
Estuvo en el hospital durante casi un mes, y cuando rezaba su rosario, le pidió a la virgen que si la curaba, iba a pagar una manda, en la cual vestiría durante un breve tiempo con hábitos de un convento cercano a su región.
Pues sanó y se le veía todas las mañanas vestida con los atuendos religiosos y barriendo la calle, toda la cuadra que abarcaba el convento. Esa era su manda y la tenía qué cumplir durante mes y medio.
Sor Hortensia Rebollés, la madre superiora, le tomó unas fotos estando de pie ante el rezo matutino en la capilla del convento. Amplió una y se la regaló.
En la entrada en el convento, en el gran pizarrón de anuncios la superiora puso otra copia de la foto con la nota de que ésta mujer estaba pagando una manda por ciertos favores que le concedió la virgen.
Lo que sucedió después sale de todas las expectativas posibles. Una mujer anciana, dijo que miró el rostro de Carmina que se le hizo tan angelical, que se le ocurrió rezarle para que su hijo que se había ido de la casa por irse de borracho, regresara.
¡Y el muchacho regresó arrepentido, a su lado, tres días después!
Esta mujer comentó el hecho a sus amigas, y pronto se corrió el rumor que la foto hacía milagros. Esto hizo que la madre superiora decidiera quitarla del lugar donde la había puesto para evitar fanatismos.
Pero la gente le pidió una copia de la foto a la misma Carmina, quien la concedió y así, varias personas tenían su imagen en casa.
Tuvo qué intervenir el sacerdote regional, don Fausto Briceño y Ortega quien en una misa que ofició en el lugar, dijo que la fe sí mueve montañas, y que no había sido el retrato de doña Carmina el que había hecho los milagros, sino la virgen a través de ella.
El caso es que la naciente devoción fue detenida a tiempo, pero entre el pueblo hay gente que sigue rezándole a doña Carmina, a la que consideran muy milagrosa.
Carmina está muy sorprendida por la reacción de la gente, y ha optado por un tiempo evadirse para que ese fervor se pase como moda pasajera.
Pero la mujer a la que su hijo regresó, sigue tratando de mantener viva esa tradición tan rara e insólita, producto de la fe de la gente y del afán en depositar la confianza a sus problemas en algo o en alguien sea lo que fuere…