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LA IGLESIA FUE DESTRUIDA POR COMPLETO ¡PERO LA CRUZ DE MADERA QUEDÓ INTACTA!
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LA IGLESIA FUE DESTRUIDA POR COMPLETO ¡PERO LA CRUZ DE MADERA QUEDÓ INTACTA!
LA IGLESIA FUE DESTRUIDA POR COMPLETO... ¡PERO LA CRUZ DE MADERA QUEDÓ INTACTA!
La mañana del diez de Noviembre de 1989 amaneció oscura y lúgubre en la ciudad de Montreal, Canadá.
Cuando los habitantes de ése lugar vieron las pesadas nubes que rápidamente cambiaron desde un verde oscuro a un negro intenso, esperaban que se repitiera la densa lluvia que dejara muchos residuos de lodo, dos días antes.
Sin embargo no estaban preparados para el misterioso y horrible asalto del violento tiempo que siguió, que no se había visto nada igual antes, ni se ha vuelto a ver después.
A mediodía de aquel martes se encendieron las luces en toda la ciudad, y brillaron como si fuera de noche.
El sol, cuando podía verse a través de las nubes, iba desde un color castaño oscuro a un amarillo pálido, para luego ser anaranjado y, finalmente, un rojo sangre.
A las dos de la tarde, una oleada de nubes atravesó la ciudad, seguidas de un resplandor brillante que ilumino el cielo como si se tratara del sol.
Los truenos hicieron vibrar las ventanas y sacudieron los edificios hasta sus cimientos.
A continuación se presento otra serie de nubes, y acto seguido comenzó a caer una lluvia ligera, similar a un leve aguacero que cayó dos días antes.
Todos los espantados habitantes del lugar observaron el resplandor de un rayo que se precipito contra el remate en punta de una iglesia parroquial.
La electricidad destruyó el techo del templo y varias paredes, y llegó hasta el Altar donde se encontraba una rústica cruz de madera.
El rayo danzo en torno de la cruz de madera, e hizo que se desprendiera de su base y que cayera al suelo.
Sin embargo, cuando los habitantes despertaron al día siguiente, el cielo apareció despejado y azul.
La única evidencia de que había pasado una tormenta, era el destrozado templo, y una tosca cruz de madera que quedaba en el suelo.
Lo insólito de todo esto es que el rayo pegó con toda su fuerza sobre la base de la cruz y la destruyó totalmente junto con el Altar, pero a la cruz no le pasó nada.
Ni la más mínima quemadura o maltrato sufrió ésta cruz. Parecía como si solo la hubieran zafado de su lugar.
Hasta las protecciones de acero fueron torcidas por la electricidad, pero a la cruz misteriosamente la respetó.
Este es un misterio que entra dentro de lo divino y de lo sobrenatural…
La mañana del diez de Noviembre de 1989 amaneció oscura y lúgubre en la ciudad de Montreal, Canadá.
Cuando los habitantes de ése lugar vieron las pesadas nubes que rápidamente cambiaron desde un verde oscuro a un negro intenso, esperaban que se repitiera la densa lluvia que dejara muchos residuos de lodo, dos días antes.
Sin embargo no estaban preparados para el misterioso y horrible asalto del violento tiempo que siguió, que no se había visto nada igual antes, ni se ha vuelto a ver después.
A mediodía de aquel martes se encendieron las luces en toda la ciudad, y brillaron como si fuera de noche.
El sol, cuando podía verse a través de las nubes, iba desde un color castaño oscuro a un amarillo pálido, para luego ser anaranjado y, finalmente, un rojo sangre.
A las dos de la tarde, una oleada de nubes atravesó la ciudad, seguidas de un resplandor brillante que ilumino el cielo como si se tratara del sol.
Los truenos hicieron vibrar las ventanas y sacudieron los edificios hasta sus cimientos.
A continuación se presento otra serie de nubes, y acto seguido comenzó a caer una lluvia ligera, similar a un leve aguacero que cayó dos días antes.
Todos los espantados habitantes del lugar observaron el resplandor de un rayo que se precipito contra el remate en punta de una iglesia parroquial.
La electricidad destruyó el techo del templo y varias paredes, y llegó hasta el Altar donde se encontraba una rústica cruz de madera.
El rayo danzo en torno de la cruz de madera, e hizo que se desprendiera de su base y que cayera al suelo.
Sin embargo, cuando los habitantes despertaron al día siguiente, el cielo apareció despejado y azul.
La única evidencia de que había pasado una tormenta, era el destrozado templo, y una tosca cruz de madera que quedaba en el suelo.
Lo insólito de todo esto es que el rayo pegó con toda su fuerza sobre la base de la cruz y la destruyó totalmente junto con el Altar, pero a la cruz no le pasó nada.
Ni la más mínima quemadura o maltrato sufrió ésta cruz. Parecía como si solo la hubieran zafado de su lugar.
Hasta las protecciones de acero fueron torcidas por la electricidad, pero a la cruz misteriosamente la respetó.
Este es un misterio que entra dentro de lo divino y de lo sobrenatural…
Mysterio- Guardian de Drarknillion
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