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DAVID BERKOWITZ... ¡EL DESPIADADO Y SANGUINARIO ‘HIJO DE SAM’!
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DAVID BERKOWITZ... ¡EL DESPIADADO Y SANGUINARIO ‘HIJO DE SAM’!
DAVID BERKOWITZ... ¡EL DESPIADADO Y SANGUINARIO ‘HIJO DE SAM’!
Nació en el día primero de junio de 1953 en un lugar no identificado del sur de los Estados Unidos.
Fue un hijo no deseado de Betty Broder. Abandonado por ella, fue adoptado, por Nat y Pearl Berkowitz.
Era un niño tímido y con baja auto estima y trataba de proyectar una apariencia más que autosuficiente, rebelde, mintiendo y causando muchos problemas.
Su madre adoptiva murió en 1967, cuando él tenía 14 años de edad. Fue lo peor que le pudo haber pasado.
Al no tener suerte con las mujeres, fue alimentando su odio contra ellas, además, del recuerdo de su verdadera madre, y lo que hizo con él al haberlo abandonado, hacía que este odio creciera más y más.
El 29 de julio de 1976, en el Bronx de Nueva York, Donna Lauria de 18 años y su amiga Jody Valenti de 19, platicaban en el carro de Jody, enfrente de casa de Donna.
Era cerca de la una de la mañana cuando un hombre se acercó al carro y sin pronunciar palabra, disparo cinco veces, matando a las 2 jovencitas.
El 23 de octubre de 1976; Carl Denaro de 20 años, estaba en una fiesta con su amiga Rosemary Keenan, a las 2:30 de la mañana, y él se ofreció para llevarla a su casa.
Se estacionaron frente a la casa de Rosemary y comenzaron a platicar. De repente, un hombre se acercó al carro y disparó 5 veces, pero solamente hirió a Carl en la cabeza. Inmediatamente huyó de ahí.
Rosemary manejó buscando ayuda. Aunque Carl no murió, quedó inválido para el resto de su vida.
Pasando un poco mas de un mes de que ocurriera el último ataque, el 26 de noviembre de 1976, Donna Massi de 16 años de edad, y su amiga Joanne Lomino de 18 años regresaban del cine en la noche.
Caminaban a casa de Joanne, cuando se dieron cuenta que un hombre las seguía, así que apuraron el paso.
El hombre les preguntó: “¿Saben en donde está...?”, Pero antes de terminar la pregunta, les disparó.
Las dos chicas resultaron heridas. Donna estaría bien, pero Joanne quedo parapléjica.
Las cosas permanecieron ‘normales’ por dos meses, hasta el 30 de enero de 1977, cuando Christine Freuna y su prometido John Diel, regresaban de una galería en Queens a las 12:30 de la mañana.
No se dieron cuenta que un siniestro hombre ya los estaba observando y se iba acercando al carro.
El sujeto disparo dos veces, y los dos tiros dieron en la cabeza de Christine. Su novio salió corriendo buscando ayuda, pero los vecinos ya habían llamado a la policía.
La investigación del detective, Joe Coffey, descubrió que este asesinato coincidía con los de Donna Lauria, y con el ataque de Donna Lamassi y Joanne Lomino.
Ahora se daban cuenta que tenían frente a ellos a un psicópata con un revolver calibre .44 listo para matar.
Cabe mencionar que es un arma poco usual... Otro gran problema era que no se podía encontrar relación entre las víctimas.
El 8 de marzo de 1977, una chica llamada Virginia Voskerichian, regresaba de clases en la noche, cuando un hombre sigilosamente se le acercó por la espalda, sacó un revolver calibre .44 y le apuntó a la cara.
Virginia se cubrió con sus libros, pero una sola bala basto para matarla. Un testigo presenció todo, pero cuando el asesino pasó frente a él, solo le dijo “Buenas noches”.
La cadena de asesinatos seriales siguieron... El 17 de abril de 1977, Valentina Surani y su novio Alexander Esau se besaban en su carro.
Eran alrededor de las tres de la mañana y un hombre se les acercó y les disparo dos veces a cada uno. Ambos murieron.
Todas las evidencias decían que se trataba del mismo asesino, pero esta vez el criminal había dejado una carta en la que él mismo se hacía llamar: “El Hijo de Sam” (Son of Sam).
La carta decía una serie de incoherencias, como que había sido escrita por el mismo Satán o por Belcebú, uno de sus subalternos.
Era una franca burla en contra de la efectividad de la policía y decía que jamás lo lograrían atrapar, ya que era más listo que todos ellos.
Estaba dirigida al capitán Joseph Borrelli, quien era uno de los principales integrantes de la operación Omega, que estaba tras el asesino del revolver calibre .44.
La carta no fue de gran ayuda porque no tenía huellas digitales reconocibles, y el sobre había sido manejado por tantas personas que era inútil tratar de identificar todas las huellas.
Dos días después del último asesinato, un trabajador retirado llamado Sam Carr, que vivía en Yonkers, Nueva York con su familia, recibió una carta anónima acerca de su perro labrador negro llamado Harvey:
“Hola cerdo, me cae muy mal tu (palabrota) perro y lo voy a matar de un balazo. Estás advertido”...
Sam Carr llamó a la policía, pero no hicieron mucho caso. 10 días después, Carr escuchó un disparo y encontró a su perro herido en el patio.
Esta vez la policía intervino, y comenzaron a analizar las cartas para la investigación.
Toda la ciudad estaba paralizada por el gran miedo que infundía el “Hijo de Sam” (Son of Sam). La policía de Nueva York estaba al acecho, al igual que la ley de las demás regiones aledañas.
El psiquiatra Martin Lubin, elaboró el perfil de éste asesino. Así, la policía sabía que buscaba a un paranoico, que quizá se consideraba poseído por fuerzas diabólicas y lo más probable era que también tuviera problemas para relacionarse, especialmente con las mujeres.
El 29 de julio de 1976, fue la fecha del primer crimen por lo que así la policía temía que el 29 de julio de 1977 se volviera a repetir la historia.
A pesar del gran temor de la policía y de la población entera, ese día pasó sin ningún contratiempo, pero el 31 de julio de 1977, una joven llamada Stacy Moskowitz, y su novio Bobby Violante, regresaban de ver una película. Se detuvieron en el carro cerca de un parque.
Bobby convenció a Stacy de que se bajaran a caminar pero ella no parecía muy convencida, así que regresaron al carro.
En ese momento un solitario hombre se les acercó y les disparó. Todo sucedió tan rápido y tan repentino como era la marca personal de éste asesino.
Bobby recibió dos disparos en la cara y Stacy uno en la cabeza. Horas después, Stacy murió, Bobby perdió el ojo izquierdo y solo lograron salvarle el 20 por ciento de visibilidad en el derecho. Ese fue el último ataque de “Son of Sam”.
El día 3 de agosto de 1977, dos policías comenzaron a interesarse en el par de cartas que recibió Sam Carr, y encontraron que las había enviado David Berkowitz, quien vivía en unos departamentos a espaldas de casa de Carr.
Fueron con el dueño del departamento, y les dijo que él no sabía nada de David, quien siempre pagaba a tiempo la renta.
También lograron averiguar que el sospechoso había trabajado como oficial de seguridad, pero renunció en el mes de julio de 1976, (Fecha en el que sucedió el primer ataque), diciendo que iba a trabajar como chofer de taxi, pero al revisar todas las bases de taxis y de colectivos, no lo tenían registrado en ninguno.
Además, varias multas se habían escrito en los días de los asesinatos, por los lugares en los que estos habían ocurrido. Varias coincidían con las del Ford Galaxy que pertenecía a David Berkowitz.
El 10 de agosto de 1977 ya tenían pruebas suficientes para detener a David. A las 7:30 de la mañana, un hombre salió del edificio dónde él vivía con una bolsa de papel en la mano.
Se aproximó al Galaxy, y ese fue el momento de su detención. Le ordenaron que se quedara quieto.
El oficial le preguntó, firme y muy seguro, a la vez que lo encañonaba con su arma:
“Ahora que te tengo... ¿Dime, a quién tengo?”
“Tu sabes”, dijo el hombre sonriendo con gran sangre fría: “Soy Sam, David Berkowitz”.
David fue llevado a la cárcel, en donde después de un exhaustivo interrogatorio, contó con mucho cinismo y con grandes detalles, cada uno de sus asesinatos seriales.
Declaró haber cometido todos los crímenes de los que se le inculpaba. Al principio alegó demencia, diciendo que el perro del vecino, (Llamado Harvey), le ordenaba salir a matar, pero la Corte lo encontró culpable.
No tenía problemas mentales, y se encontraba en un perfecto estado como para estar en una cárcel de máxima seguridad...
Nació en el día primero de junio de 1953 en un lugar no identificado del sur de los Estados Unidos.
Fue un hijo no deseado de Betty Broder. Abandonado por ella, fue adoptado, por Nat y Pearl Berkowitz.
Era un niño tímido y con baja auto estima y trataba de proyectar una apariencia más que autosuficiente, rebelde, mintiendo y causando muchos problemas.
Su madre adoptiva murió en 1967, cuando él tenía 14 años de edad. Fue lo peor que le pudo haber pasado.
Al no tener suerte con las mujeres, fue alimentando su odio contra ellas, además, del recuerdo de su verdadera madre, y lo que hizo con él al haberlo abandonado, hacía que este odio creciera más y más.
El 29 de julio de 1976, en el Bronx de Nueva York, Donna Lauria de 18 años y su amiga Jody Valenti de 19, platicaban en el carro de Jody, enfrente de casa de Donna.
Era cerca de la una de la mañana cuando un hombre se acercó al carro y sin pronunciar palabra, disparo cinco veces, matando a las 2 jovencitas.
El 23 de octubre de 1976; Carl Denaro de 20 años, estaba en una fiesta con su amiga Rosemary Keenan, a las 2:30 de la mañana, y él se ofreció para llevarla a su casa.
Se estacionaron frente a la casa de Rosemary y comenzaron a platicar. De repente, un hombre se acercó al carro y disparó 5 veces, pero solamente hirió a Carl en la cabeza. Inmediatamente huyó de ahí.
Rosemary manejó buscando ayuda. Aunque Carl no murió, quedó inválido para el resto de su vida.
Pasando un poco mas de un mes de que ocurriera el último ataque, el 26 de noviembre de 1976, Donna Massi de 16 años de edad, y su amiga Joanne Lomino de 18 años regresaban del cine en la noche.
Caminaban a casa de Joanne, cuando se dieron cuenta que un hombre las seguía, así que apuraron el paso.
El hombre les preguntó: “¿Saben en donde está...?”, Pero antes de terminar la pregunta, les disparó.
Las dos chicas resultaron heridas. Donna estaría bien, pero Joanne quedo parapléjica.
Las cosas permanecieron ‘normales’ por dos meses, hasta el 30 de enero de 1977, cuando Christine Freuna y su prometido John Diel, regresaban de una galería en Queens a las 12:30 de la mañana.
No se dieron cuenta que un siniestro hombre ya los estaba observando y se iba acercando al carro.
El sujeto disparo dos veces, y los dos tiros dieron en la cabeza de Christine. Su novio salió corriendo buscando ayuda, pero los vecinos ya habían llamado a la policía.
La investigación del detective, Joe Coffey, descubrió que este asesinato coincidía con los de Donna Lauria, y con el ataque de Donna Lamassi y Joanne Lomino.
Ahora se daban cuenta que tenían frente a ellos a un psicópata con un revolver calibre .44 listo para matar.
Cabe mencionar que es un arma poco usual... Otro gran problema era que no se podía encontrar relación entre las víctimas.
El 8 de marzo de 1977, una chica llamada Virginia Voskerichian, regresaba de clases en la noche, cuando un hombre sigilosamente se le acercó por la espalda, sacó un revolver calibre .44 y le apuntó a la cara.
Virginia se cubrió con sus libros, pero una sola bala basto para matarla. Un testigo presenció todo, pero cuando el asesino pasó frente a él, solo le dijo “Buenas noches”.
La cadena de asesinatos seriales siguieron... El 17 de abril de 1977, Valentina Surani y su novio Alexander Esau se besaban en su carro.
Eran alrededor de las tres de la mañana y un hombre se les acercó y les disparo dos veces a cada uno. Ambos murieron.
Todas las evidencias decían que se trataba del mismo asesino, pero esta vez el criminal había dejado una carta en la que él mismo se hacía llamar: “El Hijo de Sam” (Son of Sam).
La carta decía una serie de incoherencias, como que había sido escrita por el mismo Satán o por Belcebú, uno de sus subalternos.
Era una franca burla en contra de la efectividad de la policía y decía que jamás lo lograrían atrapar, ya que era más listo que todos ellos.
Estaba dirigida al capitán Joseph Borrelli, quien era uno de los principales integrantes de la operación Omega, que estaba tras el asesino del revolver calibre .44.
La carta no fue de gran ayuda porque no tenía huellas digitales reconocibles, y el sobre había sido manejado por tantas personas que era inútil tratar de identificar todas las huellas.
Dos días después del último asesinato, un trabajador retirado llamado Sam Carr, que vivía en Yonkers, Nueva York con su familia, recibió una carta anónima acerca de su perro labrador negro llamado Harvey:
“Hola cerdo, me cae muy mal tu (palabrota) perro y lo voy a matar de un balazo. Estás advertido”...
Sam Carr llamó a la policía, pero no hicieron mucho caso. 10 días después, Carr escuchó un disparo y encontró a su perro herido en el patio.
Esta vez la policía intervino, y comenzaron a analizar las cartas para la investigación.
Toda la ciudad estaba paralizada por el gran miedo que infundía el “Hijo de Sam” (Son of Sam). La policía de Nueva York estaba al acecho, al igual que la ley de las demás regiones aledañas.
El psiquiatra Martin Lubin, elaboró el perfil de éste asesino. Así, la policía sabía que buscaba a un paranoico, que quizá se consideraba poseído por fuerzas diabólicas y lo más probable era que también tuviera problemas para relacionarse, especialmente con las mujeres.
El 29 de julio de 1976, fue la fecha del primer crimen por lo que así la policía temía que el 29 de julio de 1977 se volviera a repetir la historia.
A pesar del gran temor de la policía y de la población entera, ese día pasó sin ningún contratiempo, pero el 31 de julio de 1977, una joven llamada Stacy Moskowitz, y su novio Bobby Violante, regresaban de ver una película. Se detuvieron en el carro cerca de un parque.
Bobby convenció a Stacy de que se bajaran a caminar pero ella no parecía muy convencida, así que regresaron al carro.
En ese momento un solitario hombre se les acercó y les disparó. Todo sucedió tan rápido y tan repentino como era la marca personal de éste asesino.
Bobby recibió dos disparos en la cara y Stacy uno en la cabeza. Horas después, Stacy murió, Bobby perdió el ojo izquierdo y solo lograron salvarle el 20 por ciento de visibilidad en el derecho. Ese fue el último ataque de “Son of Sam”.
El día 3 de agosto de 1977, dos policías comenzaron a interesarse en el par de cartas que recibió Sam Carr, y encontraron que las había enviado David Berkowitz, quien vivía en unos departamentos a espaldas de casa de Carr.
Fueron con el dueño del departamento, y les dijo que él no sabía nada de David, quien siempre pagaba a tiempo la renta.
También lograron averiguar que el sospechoso había trabajado como oficial de seguridad, pero renunció en el mes de julio de 1976, (Fecha en el que sucedió el primer ataque), diciendo que iba a trabajar como chofer de taxi, pero al revisar todas las bases de taxis y de colectivos, no lo tenían registrado en ninguno.
Además, varias multas se habían escrito en los días de los asesinatos, por los lugares en los que estos habían ocurrido. Varias coincidían con las del Ford Galaxy que pertenecía a David Berkowitz.
El 10 de agosto de 1977 ya tenían pruebas suficientes para detener a David. A las 7:30 de la mañana, un hombre salió del edificio dónde él vivía con una bolsa de papel en la mano.
Se aproximó al Galaxy, y ese fue el momento de su detención. Le ordenaron que se quedara quieto.
El oficial le preguntó, firme y muy seguro, a la vez que lo encañonaba con su arma:
“Ahora que te tengo... ¿Dime, a quién tengo?”
“Tu sabes”, dijo el hombre sonriendo con gran sangre fría: “Soy Sam, David Berkowitz”.
David fue llevado a la cárcel, en donde después de un exhaustivo interrogatorio, contó con mucho cinismo y con grandes detalles, cada uno de sus asesinatos seriales.
Declaró haber cometido todos los crímenes de los que se le inculpaba. Al principio alegó demencia, diciendo que el perro del vecino, (Llamado Harvey), le ordenaba salir a matar, pero la Corte lo encontró culpable.
No tenía problemas mentales, y se encontraba en un perfecto estado como para estar en una cárcel de máxima seguridad...
Mysterio- Guardian de Drarknillion
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Localización : Agazapado Entre las Sombras
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