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JUAN CORONA... ¡LA BESTIA SEDIENTA DE SANGRE DE MEXICANOS!
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JUAN CORONA... ¡LA BESTIA SEDIENTA DE SANGRE DE MEXICANOS!
JUAN CORONA... ¡LA BESTIA SEDIENTA DE SANGRE DE MEXICANOS!
En busca del gran sueño americano, el mexicano Juan Corona, quien nació en el año de 1934, emigró con su hermano Natividad a los Estados Unidos, en la década de los cincuenta del siglo XX.
Su destino final sería el poblado de Yuma City, cerca de Los Ángeles.
Natividad estableció una taberna mientras que Juan se dedicó a trabajar como contratista, suministrando peones mexicanos baratos a los dueños de los ranchos frutales de California.
Juan se casó y tuvo cuatro hijas. Sus vecinos dijeron que era un hombre normal aunque taciturno, de muy pocas palabras, que solía sentarse solo y silencioso en un rincón de la taberna de su hermano.
No bebía ni fumaba, y nunca dejaba salir solas a sus hijas a la calle.
Pero llevaba doble vida muy disimulada. Era todo un chacal sediento de hambre, que asesinaba a los mexicanos que no cumplían con el pago por haberlos ayudado o que le querían hacer una movida chueca, según él.
Ante la gente era un hombre honorable, pero en su otra cara, era un asesino sin compasión.
Gracias a un testigo ocular, al cual se le respetó su anonimato por razones obvias, la policía tuvo las primeras pistas para resolver ése caso.
Además, tras varios reportes de desaparecidos, la policía comenzó una serie de excavaciones en el rancho donde trabajaba Juan Corona.
Fueron encontrados 24 cadáveres ya sea acuchillados o muertos a tiros. Todos eran desconocidos, mexicanos, sin nombre.
La mayoría de las víctimas presentaban señales de haber tenido relaciones homosexuales antes del homicidio.
La policía halló recibos de Juan en la chaqueta de uno de los cadáveres y herramientas que le pertenecían a éste, ensangrentadas, llenas de barro y con cabellos pegados.
Ya en la cárcel, Juan se declaró inocente de todos los cargos que se le imputaban.
Este asesino era un hombre precavido: En el lugar de los entierros clandestinos se encontraron varias tumbas vacías, listas para recibir a las futuras víctimas del temible y fatídico Juan Corona...
En busca del gran sueño americano, el mexicano Juan Corona, quien nació en el año de 1934, emigró con su hermano Natividad a los Estados Unidos, en la década de los cincuenta del siglo XX.
Su destino final sería el poblado de Yuma City, cerca de Los Ángeles.
Natividad estableció una taberna mientras que Juan se dedicó a trabajar como contratista, suministrando peones mexicanos baratos a los dueños de los ranchos frutales de California.
Juan se casó y tuvo cuatro hijas. Sus vecinos dijeron que era un hombre normal aunque taciturno, de muy pocas palabras, que solía sentarse solo y silencioso en un rincón de la taberna de su hermano.
No bebía ni fumaba, y nunca dejaba salir solas a sus hijas a la calle.
Pero llevaba doble vida muy disimulada. Era todo un chacal sediento de hambre, que asesinaba a los mexicanos que no cumplían con el pago por haberlos ayudado o que le querían hacer una movida chueca, según él.
Ante la gente era un hombre honorable, pero en su otra cara, era un asesino sin compasión.
Gracias a un testigo ocular, al cual se le respetó su anonimato por razones obvias, la policía tuvo las primeras pistas para resolver ése caso.
Además, tras varios reportes de desaparecidos, la policía comenzó una serie de excavaciones en el rancho donde trabajaba Juan Corona.
Fueron encontrados 24 cadáveres ya sea acuchillados o muertos a tiros. Todos eran desconocidos, mexicanos, sin nombre.
La mayoría de las víctimas presentaban señales de haber tenido relaciones homosexuales antes del homicidio.
La policía halló recibos de Juan en la chaqueta de uno de los cadáveres y herramientas que le pertenecían a éste, ensangrentadas, llenas de barro y con cabellos pegados.
Ya en la cárcel, Juan se declaró inocente de todos los cargos que se le imputaban.
Este asesino era un hombre precavido: En el lugar de los entierros clandestinos se encontraron varias tumbas vacías, listas para recibir a las futuras víctimas del temible y fatídico Juan Corona...
Mysterio- Guardian de Drarknillion
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