Oscuridad Interna (libre)

(viene del pasillo)

Cierro la puerta atrás mío, desesperada por el encuentro con ese... ¿fantastma? ¿vampiro? ¡Despierta Cristina! ¡Eso no existe!

Pero si el hombre que ví hace poco es realmente un hombre, tampoco tengo razones para estar tranquila... De hecho, puede que sea el dueño de esta casa y yo... la intrusa.

En todo caso, con la linterna busco la forma de cerrar la puerta, pero no encuentro ningun pestillo. Busco a mi alrededor algún mueble que pueda mover para bloquear la puerta, y entonces, por primera vez, me detengo a preguntarme dónde me he encerrado...

-No estás sola- responde una voz, y Cristina gira sobre si.
La mujer pequeña vestida de negro sonrie:
-Aquel a quién has visto no te hará daño, es apenas un penitente...yo me cruzo con él en los pasillos de la morada desde hace años. Ignoralo, que lo realmente,terrible, aquello a lo que temo y tu también debes temer no ha llegado aún...sientate y te contaré....

El diminuto foco de la linterna alumbra una habitación con paredes oscuras, llenas de cuadros con paisajes de árboles y lagos, una de caballos, una dama junto a una ventana...

"No estás sola."

¿Ah? ¿Hay alguien aqui? La piel se me eriza y me doy vuelta, con la luz apuntando hacia donde oí esa voz. Y la luz alumbra a una señora que me sonríe. No sé por qué, pero su sonrisa me paraliza y la observo sin huir de momento. Lleva un vestido negro, de encajes, el cual encontraría muy bello si estuviera en otra ocasión, pero ahora me concentro en su rostro, en sus ojos negros...

De pronto, me habla del hombre con quien me crucé, "¿Un penitente?" y que ella vive hace años ya aqui. Y lo que ambas tememos no ha llegado aún... "¿Cómo sabe ella lo que temo yo?" En todo caso, obediente, y con la vista más acostumbrada a la oscuridad, me acerco a una silla y me siento frente a la señora:

- ¿Es usted la dueña de esta casa? -pregunto mientras apunto la linterna hacia arriba, para no encandilar la señora.

El foco en el techo nos da una suave iluminación, y el rostro de la señora se ve un poco más calido ahora que las sombras están más suavizadas.

- ¿Es usted la dueña de esta casa? -pregunto mientras apunto la linterna hacia arriba, para no encandilar la señora.

El foco en el techo nos da una suave iluminación, y el rostro de la señora se ve un poco más calido ahora que las sombras están más suavizadas.

La extraña mujer se sentó, ella también, en un banco de mampostería rajado por el curso de los años.
-Fui la dueña de esta lóbrega mansión, lo fui....y en épocas que apenas puedo recordar, pues el tiempo se ha estirado grotescamente y los minutos aquí son quizás dias, y los años, siglos, prenctiqué conjuros y magias de viejos grimorios...
"¡Jamás lo hubiera hecho! En mi inconciencia juvenil invoqué a aquel que está más allá del tiempo, me sumí ante él y le pedí vida eterna..la obtube, pero a un precio tan alto que la eternidad se me hizo maldición....
"Ahora él reina, yo soy su servidora.....y si sigo acatando sus reglas debería caer sobre ti, ¡oh, mortal!, y obligarte a rendirle pleitesía...lo he hecho cien veces, transformando a curioso y visitantes en espectros, "penitentes" ...pero ya no, contigo no lo haré. Es hora de sacudir este yugo...

Oigo las palabras de la señora, y mi corazón empieza a latir más rápido, tanto que me temo que ella lo pueda oir!

No tenía problemas en haberme encontrado con la dueña de la mansión, pero... eso que invocó a "aquél que está más allá del tiempo" y obtuvo "vida eterna" hace que mi piel se erice. Observo a la señora, y sus ojos... a sus ojos le faltan brillo!

Me levanto, tomando la linterna y apuntando directamente al rostro de la señora. Sé que eso es de pésima educación, pero si le entendí bien, podría transformarme en un espectro, una "penitente"...

- El hombre que ví antes, en el corredor, ¿es un espectro? -le pregunto, sin poder ocultar un leve tremor en mi voz.

-Pues si-afirmó la mujer pequeña y oscura- se trataba de un filósofo que entró en estos dominios en busca de un conocimiento al cual no debió abismarse....yo misma velé sus ojos y enfrié la sangre en sus venas...si recorres la mansión, hallarás vícimas de todo tipo: jóvenes y ancianos; hombres y mujeres; doctos e iletrados, todos victimas del Sin Nombre, que me utilizó a mi como herramienta....pero si confías te revelaré arcanos y secretos, y quizás podamos desafiar al Amo Negro....
La mujer tomó de la muñeca a Cristina que se estremeció,pues la piel de la Dama Oscura era gélida.
-¡Cuidado! -susurró en el oído de la visitante- ¡El Innominable se acerca!!
Ambas se refugiaron bajo una arcada de mampostería, en seguida fué un soplo frío y un hedor momentaneo aunque asfixiante, como de tumba profanada. Una sombra pasó ante ella, informe y descomunal. La lámpara que ardía en la pared vaciló y se apagó,quizás de terror. Un murmullo gorgoteante e inarticulado flameó ante ellas como una ráfaga y se alejó.
-No temas, vistante...estaba ensimismado en sus propios pensamientos y no advirtió tu presencia, ni tampoco la mía....

Empiezo a sudar frío al oír que esta señora, esta misma amable señora que me conversa, ha ayudado al "sin nombre" a tomar como prisioneros a los diferentes visitantes de esta mansión. Me dan ganas incluso de devolverme con ese espectro, para aliarnos en el escape, pero no me levanto por la pura curiosidad de oir cualquier palabra que pueda servirme de escudo.

Sin embargo, de pronto la mujer me toma la muñeca y ahogo un grito de forma involuntaria: No fue precaución, el miedo tapó mis cuerdas vocales! ¿Está muerta? ¿Cómo puede estar tan fría!?

Pero no tengo tiempo para soltarme, porque veo en sus ojos sin brillo un miedo mayor que el mío. Ella baja hacia debajo del escritorio, y ahora, contrario a lo pensado segundos atrás, la sigo. Apago la linterna y me encojo bajo la madera, sin importar las telas de araña que se pegan a mis cabellos y manos.

Y entonces llega el frío... Abro mi boca para evitar el cascañeteo de mis dientes, pero el olor... ¡es horrible! Me tapo la boca inútilmente, sin saber qué más hacer! Entonces observo a la señora justo antes que la luz se apague, quien mira algún punto en la oscuridad. Volteo a mirar y no encuentro nada, y vuelvo a mirar a la señora, cuya mirada no se aparta de ese punto invisible.

Pero mis oidos captan algo que no logro distinguir. ¿Dios míos, dónde me metí?

Finalmente el olor nauseabundo disminuye y, sin saber cómo, ya no está presente, así como ese frío intenso, tanto así que hasta llego a sentir calor ahora.

- Debo irme... -musito de pronto, tomando mi mochila, pero la mirada de la señora me paraliza. ¡No logro moverme!

Off: La mirada de la sra. sigue "paralizando" a Cristina, hehe.

La mirada de la señora seguia paralizando a Cristina, era esa mirada oscura que habia sentido cuando estaba atrapada en la habitacion.
- Y ahora que hago? - se preguntaba Cristina mientras oia unos pasos que se acercaban hasta donde estaba escondida

Off: Mmm, YO hago de Cristina, pero estoy contenta de que hagas el roleo. Lo que te pido es que hagas el personaje que se acerca, esos pasos que me dan escalofríos...

Off: no me la dejaste nada facil

Los pasos se oían detrás de la puerta que separaba a Cristina de esa presencia que la aterrorizaba. Ella veía, sin poder hacer nada, como la puerta empezaba a abrirse y esa presencia que estaba al otro lado empezaba a hacerse visible. Era un hombre de edad media, un poco pálido, con facciones de hombre joven. El al ver a Cristina, se acerca y le dice: - No tengas miedo, por ahora no tengo intensiones de lastimarte.

Off: cristina donde esta?? xD

cristinaaaaaaaaaaa... xP yo te ayudo a llamarla. Igual por lo que ayudo xD

Off: Tanto me llamaron, que al fin escuché!

Mi corazón late descontrolado, mientras me empujo hacia el fondo de la mesa, tratando de incorporarme a la madera. La puerta abre lenta y sonoramente. Mis manos aprietan tanto la mochila que hasta las uñas me duelen, pero nada detiene la entrada de aquél hombre.

Sí, porque es un hombre quién ha entrado en la oscura habitación. Miro de reojo hacia la sra. que antes me había conversado, y con espanto me fijo que simplemente ha desaparecido. ¿Estaba hablando antes con un fantasma? Pero no tengo tiempo para asustarme con aquello, que el hombre se arrodilla y me habla:

- No tengas miedo, por ahora no tengo intensiones de lastimarte. -"¿Por ahora?" pienso mirándolo con todo el miedo grabado en mi rostro. Hago un gesto de negación con mi cabeza, incapaz de articular una palabra ahora. Me quedaré aqui mismo. Si él me quiere sacar, lo tendrá que hacer a la fuerza.

El hombre de rodillas, y al ver el miedo en los ojos de Cristina, le extiende la mano en señal de lo que decía era cierto. - Ya te lo he dicho, no tengo intenciones de lastimarte aun.- le dice el hombre con una sonrisa desafiante pero a la vez cálida.
- Que modales los míos.- Vuelve a hablar el hombre. -Aun no me he presentado. Yo soy Matias el dueño de esta casa.- Menciona el hombre para ver la reacción de Cristina

¿el dueño de esta casa? es el esposo de la señora q antes le habia aparecido o es a quien se referia le deberian temer...) pensó cristina. no sabia si entregarle su mano o escapar de ahi lo antes posible... ademas le habia dicho q no le haria daño .. pero ese por ahora... la confunde y se queda en un estado de trace.....

Gracias por la participacion en la historia maripozita, pero la ultima vez que yo hice el roleo de Cristina (personaje) Cristina (persona) se enojo y me asigno un personaje ami. Asique mejor la esperamos a ella para ver que personaje te da vos xD

Off: Indio tiene razón... Yo hago de Cristina... ¡Pero me encanta que haya más personajes!

Mariposa, puedes ser la "Dama Gélida" o una de las penitentes. En todo caso, lo que dijiste está muy correcto.

On: Tengo que ganar tiempo... Por más que la Dueña de la casa original haya dicho que tiene "toda la eternidad", siento en mi fuero interno que debo ganarme de alguna forma la confianza de este caballero para, cuando él se relaje un poco, tratar de huir.

- Soy Cristina... -digo con un hilo de voz y sin quitar la vista de él- Cristina Almond Necroir.

El hombre sigue allí, con la mano extendida, por lo que me da verguenza mi falta de educación. Tomo mi mochila con la mano izquierda, y, con el corazón latiendo a mil, estiro la mano derecha y lo toco.

¡También tiene la piel helada!

Retiro la mano, pero su mirada me indica que no debo hacerle pensar mal de mí, por lo que vuelvo a tomarle la mano, y ahora él me aprieta, ayudándome a dejar el suelo.

Off: A, que personaje estas haciendo? xD

Matias le aprieta la mano a cristina, y ayuda a incorporarla.
-Bienvenida a mi mansion- dice el hombre con una voz calida pero a su vez tetrica... -Hacia ya mucho tiempo que no tenia visitas de una dama joven como eres tu- continua diciendole el hombre a Cristina sin dejar de verla fijamente... -Lo unico que me queda preguntar es, que te trae aqui a mi mansion?- Pregunta Matias mientras lleva de la mano a Cristina por la puerta del cuerto

- Gracias, Sr. Matias. -digo algo turbada por su educación y fino trato. Su mano fría aprieta la mía, pero no tan fuerte para que me duela. Después de un instante eterno, finalmente él me libera y sujeto mi mochila con ambas manos.

Y entonces me pregunta por qué estoy aqui... ¿Qué le puedo decir? No puede ser la verdad, ya que si lo que dijo la sra. es verdad, él es quién tiene a todos presos aqui...

- Llovía mucho y buscaba un lugar donde abrigarme. -Bueno, no es mentira... aunque la lluvia sea más una consecuencia de mi real motivo de estar aqui.

llego muy preocupada buscando a mi amiga... quizás le pudo o le puede pasar algo ahí dentro... no puedo seguir esperando a que salga.. - por favor cristina.. sal ya.. no me hagas entrar ahí.. respiro muy hondo para armarme de coraje y acercarme la puerta y abrirla... la puerta hace un sonido rechinan-te ya que por obvia razón es una casa muy antigua..

trago mi saliba atorada en mi garganta.. pues todo ahi es muy oscuro y no logro ver nada... saco mi pequeña linterna de apenas pues empiezo a temblar mucho..

-Si la verdad que esta lloviendo demasiado, tenes suerte de haber podido entrar sin problemas hasta aqui- contesta Matias, mientras guia a Cristina por un pasillo largo y apenas iluminado por velas. - Tienes la ropa humeda, no sea cosa que mueras de un resfriado- dice Matias mientras larga una carcajada.- Entra en este cuarto Cristina y cambiate la ropa que llevas puesta, en aquel armario hay ropa seca y seguro te quedara bien- sigue hablando Matias mientras le señala el viejo armario.
De pronto el hombre escucha la puerta principal abrirse y mirando a Cristina le dice: -Ya vuelvo no te muevas de aqui